martes, 16 de agosto de 2011

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Veo el humo del incienso elevandose en la habitación, sube y sube hasta que desaparece, pero sigue ahí, lo impregna todo con su olor. Puede gustarte o puede que no lo soportes, pero lo ocupa todo, lo llena, poco a poco con su característico aroma. Como tú, llegas te expandes y hay un poco de ti por todos los recovecos de mi habitación, de mi. LLegaste lo llenaste y no te has ido y yo sigo queriendo olorte, verte, sentirte y quererte.Andi.