lunes, 10 de octubre de 2011

Vergüenza

¿Quién eres tú para robarme las palabras y encerrarlas en mi inconsciente? ¿Quién crees que eres para ponerme nervioso e inquieto? No eres algo más grande que yo, ni más inteligente, ni más nada.
 No lo vuelvas a hacer, aunque sea completamente involuntario, yo decido a quien dedico mis palabras, mis besos, mis sonrisas y mis caricias. Se acabó lo que se daba, ya no habrá vergüenza para ti, cuando te bese será con ganas, cuando te hable será ensordecedor y cuando te haga el amor será intenso.
Si queremos algo más lo buscaremos, pero siendo los dos igual, no pienso ser estúpido de nuevo, ni que tú seas la que lleves las riendas de nada. Te daré lo mismo que me des tú, y lo que quieras que te dé yo. Será divertido, intenso, hogareño, cálido, fuerte o débil, emocionante. Será lo que queramos que sea, sin que se interponga la vergüenza porque nos encantemos, porque asi es, te encanto tanto como tú a mi.

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